Una botella en el mar de Gaza
A Naim, Si esta botella llega a ti, quiero que sepas que no estás solo. Aunque el mundo parezca mirar hacia otro lado, hay quienes piensan en ti, quienes se preguntan cómo es vivir con el miedo diario de que todo desaparezca en un segundo. No es justo que cada día te despiertes sin saber si habrá suficiente comida, agua o si, al caer la noche, tu casa seguirá en pie. Pienso en ti y en los otros niños que crecen entre ruinas, sin parques donde jugar, sin seguridad para soñar. Me pregunto si has sentido la libertad de caminar sin restricciones, sin miedo. El mundo sigue girando, las noticias van y vienen, pero tú sigues ahí, atrapado en una realidad que muchos prefieren ignorar. Dime, Naim, ¿cómo haces para seguir adelante? ¿Cómo encuentras fuerzas cuando todo a tu alrededor se desmorona? Me gustaría creer que aún sueñas con un futuro distinto, que aún tienes momentos en los que puedes reír, aunque sea por un instante. Me gustaría pensar que, a pesar de todo, todavía hay algo de esperanz...