Sentirse lejos aunque estés cerca
Algo que me duele, y que últimamente me está afectando más de lo que pensaba, es tener a personas importantes lejos. Me pasa cada vez que voy a La Mamola, el pueblo de mi padre, y vuelvo a Alcázar de San Juan. En Semana Santa estuve allí y, como siempre, el regreso se me hizo cuesta arriba. No sé cómo explicarlo del todo, pero es como si una parte de mí no volviera conmigo. Me bajo del coche, entro en casa, vuelvo a mi rutina de siempre… pero sigo pensando en ellos, en mis amigos del pueblo, en los sitios en los que estuvimos, en las conversaciones. Es como si aquí no pudiera estar del todo presente, porque mi mente se ha quedado allí, enganchada a esos días. Lo noto en los pequeños detalles. A veces voy por la calle y veo a alguien que, por un segundo, me recuerda a alguno de mis amigos de allí. Sé que no lo son, pero me da como un vuelco. Me pasa también en clase o incluso en casa. No paro de pensar en cuándo será la próxima vez que pueda ir, cuánto queda para el verano, cuán...