Lo que duele es que duela tan lejos
A veces me pregunto cómo puede ser que haya tanto sufrimiento en el mundo… y tan poca gente hablando de ello. En países como Sudán, Yemen, Etiopía o Afganistán hay guerras, violaciones, hambre, desplazamientos forzados. Y sin embargo, casi nadie lo menciona. Ni en las noticias, ni en clase, ni en las redes. Es como si ese dolor no existiera. Como si no importara.
¿Qué tiene que pasar para que la vida de alguien valga la pena ser contada?
¿Nacer más cerca? ¿Tener la piel más clara? ¿Hablar un idioma que entendamos?
En Sudán, por ejemplo, llevan más de un año en guerra. Y no una guerra cualquiera. Miles de civiles han muerto, mujeres han sido utilizadas como arma de guerra, millones de personas han tenido que huir de sus casas. Pero no lo vemos. No se habla de ello. No es tendencia.
Y eso me cabrea.
Me cabrea que solo algunas vidas parezcan importar. Me cabrea que nos hagan pensar que en algunos lugares sufrir es “lo normal”. Que vivir entre bombas o pasar hambre se vea como parte del paisaje, como si esas personas no fueran como tú o como yo. Como si fueran menos.
Y no es verdad.
La opresión no siempre es tan visible como una bomba. A veces es el silencio. A veces es el olvido. A veces es esa indiferencia general que hace que todo siga igual. Y mientras tanto, yo aquí, con 16 años, sintiendo una impotencia que me asfixia. Porque no puedo hacer nada. Porque siento que el mundo va por un camino que no puedo frenar.
Pero también tengo algo claro: no quiero ser de esas personas que miran a otro lado.
Aunque esté lejos, aunque no salga en las noticias, aunque no tenga poder, yo sí quiero mirar. Quiero saber lo que pasa. Quiero hablar de ello. Quiero que duela. Porque si dejamos de sentir, si nos acostumbramos a este mundo tan injusto, entonces ya está todo perdido.
Quizá no cambie nada escribiendo esto. Pero prefiero hacer ruido antes que quedarme callada. Prefiero incomodar antes que ser indiferente.
Y si alguien, en algún lugar, está sufriendo en silencio, al menos que sepa que alguien, desde lejos, no se ha olvidado de él.
Comentarios
Publicar un comentario